UC - Críticas
| Título internacional: The skin I live in. País: España. Año: 2011. Duración: 120 min. Género: Drama. Dirección: Pedro Almodóvar. Guion: Pedro Almodóvar; inspirado en la novela “Tarántula”, de Thierry Jonquet. Producción: Agustín Almodóvar y Esther García. Música: Alberto Iglesias. Fotografía: José Luis Alcaine. Montaje: José Salcedo. Vestuario: Paco Delgado, con la colaboración de Jean-Paul Gaultier. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España. Estreno en España: 2 Septiembre 2011. |
LA PIEL DEL DELIRIO
"La Piel Que Habito" es la nueva propuesta radical del director manchego, tan adicto a las historias extremas, aquí explora el lado más oscuro y tenebroso de la mente humana, con resultados irregulares. Como es habitual en su cine, el juego de funambulista propuesto por Almodóvar camina peligrosamente por un fina cuerda que separa el cielo de la caída al abismo, lo que pone al espectador entre la espada y la pared de las convenciones.
La trama nos habla del doctor Legard, eminente cirujano plástico, el cual desde que su mujer murió quemada en un accidente de coche, se interesa por la creación de una nueva piel con la que hubiera podido salvarla. Doce años después consigue cultivarla en su laboratorio, aprovechando los avances de la terapia celular. Para ello no dudará en traspasar una puerta hasta ahora terminantemente vedada: la transgénesis con seres humanos. Pero ése no será el único crimen que cometerá en “La piel que habito”.
Es de todos sabidos que el director es un genial narrador visual y aquí lo vuelve a demostrar como demuestran por ejemplo las excelentes escenas de la pantalla que divide las dos habitaciones, sin embargo, su narrativa escrita es bastante mejorable y "La Piel Que Habito" adolece de un guión caótico y a ratos incoherente, con un desorden temporal innecesario y forzado para salvaguardar su "secreto", al que le sobran personajes y tramas secundarias (especialmente la del hermanastro disfrazado de tigre...) y donde se hubiera agradecido mayor profundidad psicológica en los personajes que verdaderamente importan y que de esa forma quedan algo desdibujados y sus motivaciones poco clarificadas.
"La Piel Que Habito" es una pirueta imposible que en manos del director manchego consigue momentos de gran intensidad dramática que en manos de otro hubieran caído en la parodia absurda, pero él consigue levantar un gigantesco castillo de arena en la orilla de un mar embravecido, entre lo fascinante y lo ridículo. Y junto a él se embarcan en ese suicidio colectivo de hacer creíble una historia como esta, unos actores que fluctúan como la propia película, donde destacan una estupenda Elena Anaya y un contenido (lo cual es de agradecer) Antonio Banderas, acompañados de la siempre eficaz Marisa Paredes. En definitiva, una película afilada y radical, menos oscura y enfermiza de lo que debería, visualmente subyugante y atractiva, pero excesivamente fría y distante, con mejor narración cinematográfica que textual. Una operación quirúrgica de riesgo para cinéfilos valientes y sin complejos que busquen una propuesta que se aleje del manido engranaje del cine comercial, aunque el experimento no acabe de salir tan redondo como la perfecta transformación de la protagonista.
